Pues si, me han pedido que escriba sobre algo en especial, esta es la primera vez que lo hago… no espero que sea de su agrado ni que sea la mejor, claro, es la primera y no podríamos esperar que sea como un “experto” en fin pues nada esto va sin anestesia, ni siquiera lo he pensado apenas estoy escribiendo y sigo haciéndolo, sin parar a ver hasta donde llegamos.
El trabajo de la tierra conlleva mucho esfuerzo y valor, no sólo es dedicarle tiempo y sudor, también es ver como algo que tu haces y te esfuerzas haciéndolo va creciendo; sus primeros colores, sus pequeñas formas surgiendo de la tierra, puedes ver como, como si fuera por arte de magia, (en verdad que es un arte); sus partecitas van saliendo a la superficie, de algo tan simple como una semilla, no pareciera ser cierto; lo único que has hecho es coger un azadón y dedicar algunas de tus horas de vida a arar la tierra, ablandarla y cortarla para que quede bien suelta, para luego poner en ella algunas semillas de algunas plantas, alimentos, medicinas, aromáticas, las que sean, las que quieras, pueden ser flores también; lo que hacen es increíble… como de una pequeña semilla puede surgir algo tan grande y en verdad bueno, algo de la vida, ¡esa es la vida misma!, y la tienes en tus manos. Es gratificante ver los primero tallitos, las primeras hojas, las formas que tiene cada planta, y mejor aún, en mi caso y el de muchos otros compañeros que le dedicamos tiempo, tratar de adivinar de qué serán las plantas que están naciendo; porque es como ver nacer a tus hijos, es como el nacimiento de una nueva vida, una vida que ayudaste a germinar y que ayudarás a crecer. Es tan bello imaginarse que tipo de planta será, ponerle nombre, sin saber si es o no lo que crees, es como me imagino sería en otros tiempos…, como recuerdo con mi hermano y mi mamá y papá, que a mis tres años es uno de los pocos vagos recuerdos que tengo, me preguntaban sobre qué quería que fuera la criaturita que mi mamá llevaba dentro en su barriguita, y yo con voz de niño respondía que quería que fuera un niño y que estaba seguro que lo sería y mi mamá y papá siempre quisieron que fuera niña… es gracioso, y sin saber nada, sin ecografías ni nada… pues resulto que adivine.
Imaginarte que planta será, qué frutos dará, es tan bello, es una sensación indescriptible, es una felicidad diferente, y luego cuidar de las plantas, cuidar la tierrita y cuidar que el pasto y las demás plantas que podrían interferir en el crecimiento sano de nuestras plantas, las que sembraste con tanto amor y cariño, con tanta dedicación crezcan fuertes, y sanas, y que sus frutos sean ricos y naturales… es una regocijo… no sé ni como decirlo…, de nuevo no hay palabras…
No se imaginan lo doloroso que es ver como después de tanto tiempo, después de tanto esfuerzo, después que el día anterior se reunieron algunos de los compañeros que trabajamos arduamente en
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