martes, marzo 2

Escribir

Ganas de escribir, prurito de comunicar lo que se siente..., esperanzas, ilusiones como las llama... lo peor... esto no será leído y lo mejor... no lo mostraré tampoco.

Así como el tiempo, la inspiración va pero no regresa y si no escribo la perderé toda... y hay tanto que me dispersa... al punto de perder esas ganas de escribir... podría escribir sólo cosas bonitas como estas: ¡Te odio!, ¡Déjame en paz!

Si tan sólo con ellas supieras que son para ti... y es que estoy confundido, de nuevo... una vez más regresa a mi, retorna ese cúmulo sin fin de dudas y preguntas de sobre saltos y brincos espacio temporales en donde no se si es la vida, sabiendo que es real el teatro, el papel principal es el mío y lo interpreto yo y me gusta, pero a la vez no quiero seguir... me cansa y vuelvo a pensar y voy y vengo y salgo y entro y estoy... y no estoy... saber que esto no se detendrá... recordar... rememorar eso que me dices... las bonitas palabras... esas que salen de tu boca con sentimiento... ese sentimiento de belleza de juventud. ¿Seré yo Dorian?, o peor aún, ¿Serás tu Dorian?

Y pensar que el artista se oculta a pesar de crear cosas bellas, y sigo ese modelo el del actor... el que puedo crear a mi antojo... y seguir como hasta ahora... y ser Simon... y ser Hubert... y claro ¿¡como no!? Ser Andres...

Elucubrar eso que todo habría sido un escrito fantástico un guión con personajes y escenarios y que podríamos haber sido tu y yo en ese momento... juntos... y que ahora por más que trato de escribir no puedo y hay tantas cosas en mente y tantas cosas ahí fuera... tal vez no es el mejor momento para escribir... un escritor necesita eso... poder transportarse, transformar la realidad y reinterpretarla para mostrarla al lector de la mejor manera esa en que también se ve, éste ultimo transportado a la realidad del escritor, del artista...

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